“Tú eres, oh Dios, mi fortaleza”.
“!Oh María madre mía! Sé mi guía noche y día”
“Tuyo soy, para ti nací, ¿qué quieres Jesús de mí?”.
"Monstra te esse Matrem! ¡Muestra que eres Madre!
Cor Mariae dulcissimum, iter para tutum!: Corazón Dulcísimo de María, preparanos un camino seguro".
"Sancta Maria, Refugium nostrum et virtus!Santa María, ¡refugio y fortaleza nuestra!
Sancta Maria, filios tuos adiuva: filias tuas adiuva! Santa María, ¡ayuda a tus hijos, ayuda a tus hijas!
Sancta Maria, Spes nostra, Sedes Sapientiae, ora pro nobis. Santa María, esperanza nuestra, asiento de la Sabiduría, ¡ruega por nosotros!
Sancta Maria, Spes nostra, Ancilla Domini, ora pro nobis! Santa María, Esperanza Nuestra, Esclava del Señor, ¡ruega por nosotros!"
Beata Mater et intacta Virgo, intercede pro nobis! Bienaventurada Madre y Virgen sin mancha, ¡intercede por nosotros!
Domina, ut videam! Domina, ut sit! Señora, ¡que vea! Señora, ¡que sea!
Regina Pacis, ora pro nobis! Reina de la Paz, ¡ruega por nosotros!
Cor Iesu sacratissimum, dona nobis pacem.
Señor, Dios mío: en tus manos abandono lo pasado y lo presente y lo futuro, lo pequeño y lo grande, lo poco y lo mucho, lo temporal y lo eterno.
Ure igne Sancti Spiritus! , ¡quema con el fuego del Espíritu Santo!
¡Dulce Corazón de Jesús, sed mi amor! – ¡Dulce Corazón de María, sed mi salvación!
Domine, tu omnia nosti, tu scis quia amo te!
Señor, me abandono en ti, confío en ti, descanso en ti.
Creo en Dios Padre, creo en Dios Hijo, cre en Dios Espíritu Santo. Espero en Dios Padre, espero en Dios Hijo, espero en Dios Espíritu Santo. Amo a Dios Padre, amo a Dios Hijo, amo a Dios Espíritu Santo.
Iesu, Iesu, esto mihi semper Iesus.
Monstra te esse Matrem!
Sancta Maria, filios tuos adiuva: filias tuas adiuva!
Sancti Angeli custodes nostri, defendite nos!
Sancta Maria, Refugium nostrum et virtus!
¡Dios mío!, que odie el pecado y me una a Ti, abrazándome a la Santa Cruz, para cumplir a mi vez tu Voluntad amabilísima..., desnudo de todo afecto terreno, sin más miras que tu gloria..., generosamente, no reservándome nada, ofreciéndome contigo en perfecto holocausto
¡Ven, oh Santo Espíritu!: ilumina mi entendimiento, para conocer tus mandatos: fortalece mi corazón contra las insidias del enemigo: inflama mi voluntad... He oído tu voz, y no quiero endurecerme y resistir, diciendo: después..., mañana. Nunc coepi! ¡Ahora!, no vaya a ser que el mañana me falte. ¡Oh, Espíritu de verdad y de sabiduría, Espíritu de entendimiento y de consejo, Espíritu de gozo y de paz!: quiero lo que quieras, quiero porque quieres, quiero como quieras, quiero cuando quieras....